El Hipódromo de Palermo marcó, este sábado, el reencuentro de Calamaro con 25.000 personas, junto a las que compartió una lista de temas a la que le calzaron las nuevas canciones de "Bohemio", el muy buen CD que lanzó este año.
A las 21.30, los acordes de "Mi enfermedad"
signaron el inicio del show que hizo un recorrido por toda la trayectoria
discográfica del artista, rindió algunos homenajes y menciones especiales sobre
un escenario que tenía de fondo una pantalla principal y estaba escoltado por
otras dos gigantes.
Sin decir una palabra, continuó con "Los Ojos", la
siempre hermosa "Todavía una canción" y la carta de corazón roto
"Crímenes perfectos", completando así el primer bloque de clásicos
elegido por Calamaro para inaugurar el reencuentro con su público porteño.
Con mate en mano, "Habla el comandante Calamaro"
fueron sus primeras palabras para con los espectadores. Luego pidió disculpas
por los 30 minutos de demora y prosiguió "vamos a recuperar el tiempo para
llegar a destino, donde quiera que sea ese destino" y de esa forma
presentó un segundo tiempo que incluyó temas de su nueva obra:
"Bohemio".
Proyectado en la pantalla central "Cuando no
estás" fue acompañado por su video oficial y luego enganchado, el homenaje
a la libertad que plasmó con la canción que le da nombre al disco,
"Bohemio".
Continuó con "Rehenes", un himno al nuevo día y lo
que está por llegar con "Plástico fino" y finalizó con la canción del
reconocimiento, "Tantas veces".
Otro bloque de temas, no del recuerdo pero sí ya con su
historia, comenzó a elevar el calor de un público que no dejaba de bailar ni
cantar.
Primero se escuchó "Tres Marías" canción que grabó
con Pablo Lezcano y "quien dicho sea de paso, mañana cumple años"
expresó anoche Calamaro y después fue el turno de uno de sus grandes éxitos
"Tuyo siempre".
Sentado detrás del teclado, Calamaro interpretó
"Loco" y en seguida, junto a "Carnaval de Brasil" apareció
el primer homenaje donde "Walk on the wild side" trajo sobre el
escenario a la genialidad de Lou Reed, recientemente fallecido.
Promediando el recital, otro de sus grandes éxitos
"Algún lugar" fue ovacionado por un público que hacía las veces de
coro; luego se hizo canción el segundo homenaje de la noche aparejado con el
tema "Me arde" y fue el reconocimiento para Los Stones con "Dead
flowers".
Uno de los momentos especiales de la noche, se vivió con la
mención de los años eléctricos de Miles Davis y tantos otros virtuosos del
jazz.
Llegó así el momento de la improvisación y Julian Kanevsky y
Baltasar Comotto en guitarras, Mariano Domínguez en bajo, Sergio Verdinelli en
batería, Germán Wiedemer y Calamaro nuevamente ocupando su posición tras los
teclados, mostraron versatilidad y precisión al interpretar un repertorio bien
variado.
El último disco, "Bohemio" volvió a cobrar
protagonismo con la interpretación de otros de sus temas, en este caso un rock
clásico fiel a su estilo que retrotrae a su época junto a Los Rodríguez,
bautizado "Doce pasos".
La famosa frase "Unos chinos en Madrid" tuvo lugar
en "Te quiero", donde Calamaro hizo alusión a Fito Páez, también
nombró a León Gieco y seguido, la introducción con "el hipódromo es un
buen lugar para cantarle al salmón" invitó al público a acompañar la
melodía con la letra de "El salmón".
Un show mesurado, de dos horas y un poco más, con un gran
sentido en los hits, fue completado con los movidos "Días distintos"
y "Sin documentos", el hermoso "Estadio Azteca", el pedido
de "Flaca" y clausurado por la dulce "Paloma", canción con
la cual besó el piso del escenario y se despidió del Hipódromo.
Como no podía ser de otra forma y ante un público que aún no
estaba satisfecho, apareció nuevamente Calamaro en escena desgranando los
acordes de "Alta suciedad".
La sorpresa fue con "Los chicos", tema que estuvo
dedicado a grandes artistas que ya no están y acompañado por un video
proyectado por la pantalla principal con fotos de Aníbal Troilo, Luca Prodan,
Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo y Rodrigo Bueno, entre otros músicos.
Cerati también tuvo su reconocimiento cuando los artistas
comenzaron a interpretar "Música ligera", canción que marcó el final
de un show que, sin desperdicios, transitó por todos los géneros, emociones y
recuerdos.
No pudo faltar el tradicional cántico de un público que aún
insaciable y después de más de un cuarto de canciones, quería que Calamaro siga
sobre el escenario; debe haber sido por los dos años de ausencia sobre el
escenario que la frase "una más y no jodemos más" dejó con hambre
calamaresco y ganas de seguir cantando a la par a 25.000 personas.
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Fuente: Télam
Foto: RollingStone.com.ar
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