martes, 9 de febrero de 2010

Doble Bragado 2010: Diamantes para Mastrángelo

Otra vez un Sub-23 vuelve a estar en lo más alto de la Doble Bragado. La edición 75° hizo agua en muchas ocasiones, y no sólo por la lluvia caída.

Se terminó la Doble. Finalmente ha transcurrido una edición más de la competencia más tradicional que tiene el ciclismo argentino, y bastante tela ha dejado para cortar.

En principio, es correcto analizar lo que deportivamente nos mostró la carrera, que durante todas sus etapas planteó alternativas cambiantes que fueron manteniendo el hilo de expectativa siempre a tope.

Para los bragadenses, el transcurrir de las primeras etapas fue colmado de alegría, al ver que el esfuerzo realizado por quienes están a cargo del Club Ciclista Bragado iba dando sus frutos. Colla comandaba la general, seguido de cerca por Walter Pérez, y Fernando Antogna; de los tres primeros, dos representaban a Bragado.
Y así fue hasta el sábado por la mañana, cuando los amantes del ciclismo debieron asistir, absortos, a una crono que poco tuvo de deporte y mucho de “otras cosas”. Desde entonces, la noticia no fue la victoria de Pérez en la contra-reloj y su liderazgo en la general, sino las tachuelas que hubo desperdigadas por el recorrido y que provocaron la pinchadura en las máquinas de varios penalistas, entre ellos Antogna, el uruguayo Fernández y Angel Darío Colla, que con caída incluída, resignó allí toda chance de ganar la competencia.

Luego de estos hechos, una etapa vespertina que fue una demostración de fuerza y de coraje por parte de los dos principales penalistas del Club Ciclista Bragado, acompañados por la excelente tarea desarrollada, no sólo por sus compañeros de escuadra, sino también por el segundo equipo de Bragado, el Corner Prezioso, que estuvo muy a la altura de las circunstancias, trabajando a la par de los dirigidos por Braghette en muchos tramos de “La Doble”.

Fernando Antogna pudo ganar la etapa, aunque Pérez siguió arriba en la general, pero con una diferencia exigua. Fue entonces cuando volvió la calma a los bragadenses, porque si bien era difícil, no se había perdido todo. Además Brunetta también seguía a tiro de Perez, a menos de un minuto de diferencia.

El domingo, con un cielo plomizo, nuevamente, la Bragado se puso en marcha muy temprano, a las 7.30 hs, desde la municipalidad de nuestra ciudad, para ir en tren de excursión hasta Alberti, donde la bandera argentina marcaría el inicio de una etapa que sería la más sorpresiva de todas.
Con dos metas sprint programadas en Suipacha y Mercedes, la estrategia del Club Ciclista Bragado sería, sin dudas, bonificar la mayor cantidad de segundo posibles, para poder llegar a Pablo podestá con las chances intactas. Así se evidenció en Suipacha, pero Pérez doblegó el esfuerzo de Antogna, lanzado por Angel Colla.
A partir de allí todo dio un vuelco repentino, ante la fuga protagonizada por Gonzalo Miranda, Sebastián Cancio y, el a la postre ganador, Román Mastrángelo. Esta fuga tuvo, en principio, un artífice ideológico en Adrián Gariboldi, técnico y capitán del equipo Frío Sur SEC, que analizó de un modo excepcional la tarea que realizarían los del Club Ciclista y los del Tres de Febrero, rompiendo con cualquier especulación desde el instante mismo en que Mastrángelo arrancó la escapada.

Otro de los artífices, aunque inconcientemente, fue el responsable del equipo del Club Ciclista Bragado. Braghette descuidó por un instante el accionar del Frío Sur SEC, quizás confiando en que la definición estaba solamente en manos de Antogna y Colla, debido a que Mastrángelo estaba a 34 segundos de la punta. Esta cuestión fue determinante. Y se le achaca la responsabilidad, aunque indirecta, a Braghette, porque debería de haber encargado a Guillermo Brunetta la persecución de cualquier intento que encarara el equipo de Gariboldi. No fue así y la carrera se les escapó de las manos.

Otro análisis deberá hacerse de la definición y la actitud tomada por el tres de Febrero. El poderoso equipo que rodeaba a Walter Pérez, y que había trabajado muy bien el sábado, demostró una flaqueza inusitada durante el domingo, permitiendo ellos también la fuga de Mastrángelo, y resignando la victoria en la 75° Doble Bragado. Obviamente llama poderosamente la atención esta actitud y los rumores comenzaron a circular ni bien la bandera a cuadros había coronado al Sub-23 chivilcoyano.

Y aquí ya se está hablando de esas cuestiones extradeportivas de las que hubo varios ejemplos en esta Doble y que son cuestiones a mejorar, en los casos en que se pueda, pensando en la edición del 2011.

El hecho de la existencia de las famosas tachuelas en el recorrido de la contra-reloj, la situación caótica que se vivía en la caravana cada vez que la competencia transitaba las rutas de la provincia, el manto de sospecha sobre los comisarios deportivos y la falta de decisión ante cuestiones que, como primer objetivo, tienden a resguardar la humanidad de los ciclistas, son cosas que pueden mejorarse. Solamente hace falta trabajo serio y a conciencia para que las cosas cambien.

Distinta es la situación respecto a los “supuestos acuerdos” que puedan darse en la competencia para trabajar en conjunto, que como en el caso del fútbol, por trazar un paralelo, pueden ser aceptados cuando sea para obtener resultados positivos, salir a ganar, hablando en criollo. Sin embargo cuando se observa que equipos que ostentan un poderío notablemente superior al resto hacen lo imposible por no figurar, nos metemos en el terreno de los “negocios turbios” y eso no le hace nada bien al ciclismo, en este caso, o a cualquier otro deporte.

Párrafo aparte merece el clima, que azotó durante toda la semana a los pedalistas, que dieron muestra en muchos pasajes de la competencia, de un gran amor propio y una gran convicción para poder lograr el objetivo de “dar la vuelta” con la Bragado. Y bien sabemos de esto quienes hemos estado junto a la caravana durante los más de 1000 km que se recorrieron. Porque la lluvia que han debido soportar en casi todas las etapas los convirtió en verdaderos gladiadores, que cual jinetes sobre corceles metálicos con dos ruedas, pelearon con firmeza para unir cada una de las ciudades que “La Doble” iba visitando. Realmente despierta admiración este tipo de actitudes y es con eso que es preferible quedarse, a la hora del recuerdo de las alternativas de la competencia.

Ganó Mastrángelo, y con todas las de la ley. Ganó la sangre joven otra vez, de la mano del trabajo y la estrategia, que volvieron a demostrar que no sólo hay que pedalear fuerte, sino que hace falta poner mucho de inteligencia para afrontar esta carrera.

Pablo Santiago
Papelmundo Contenidos
Fotos: Pablo Santiago

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