Seguramente de aquí en más aquellas voces agoreras, que ocuparon el aire y las páginas en pos de bastardear al máximo referente del fútbol mundial, hoy sentado en la banca albiceleste, comenzarán un nuevo derrotero pidiendo la cabeza del seleccionador, con la desvergüenza de volver a dar vuelta sus opiniones, como lo hicieron a partir del 12 de junio, cuando Argentina comenzó con su camino mundial.
Maradona planteó un esquema, no sólo dentro de la cancha, sino también, y sobre todo, en el afuera, desde los entrenamientos, las salidas, los momentos de ocio de los jugadores, que contribuyeron a una conformación sólida de un grupo humano que estaba convencido de lo que quería.
Lamentablemente en el fútbol nadie tiene la verdad absoluta, y todos sabemos que no se juega solo, sino que la importancia del rival, en las victorias y sobre todo en las derrotas, es determinante. Hoy se vio esto, como también se vio en los partidos anteriores de esta selección en el transcurso de la primera fase y en 8vos.
La Argentina no encontró hoy las respuestas futbolísticas que necesitó en los primeros 45 minutos, para poder irse al vestuario con, por lo menos, el partido empatado. Y en esa desventaja arrancó el epílogo, tirando “toda la carne en el asador”, buscando romper el cero en el arco rival para poder ponerse nuevamente en partido y pelear por llegar a las semis. No salió, simplemente eso, pero el balance es positivo porque se demostró las ganas de intentarlo.
Nada, absolutamente nada puede reclamarse a ninguno de los que integran este plantel. Ni los jugadores ni el cuerpo técnico han fracasado, simplemente compitieron por lograr esa anhelada tercera copa para el fútbol argentino. No se pudo, pero cada uno de los jugadores que pisaron el terreno en todos los partidos cumplieron a pie juntillas aquella frase “del Diego” antes de arrancar el camino en Sudáfrica, dejaron la piel por la celeste y blanca, y eso es algo que hay que agradecerles. Los resultados son una anécdota, mera estadística, que en este caso no acompañan al “Diez”, pero que seguramente lo harán a futuro.
Argentina se quedó en los 4tos de final, pero esto no debe marcar el quiebre del ciclo, sino apenas una coma en la historia de Diego Armando Maradona como el director técnico de la Selección Argentina.
Debe ser, sin lugar a dudas, el comienzo de una nueva ilusión, esa que nos llevará, dentro de 4 años, a Brasil 2014.
Debe ser, sin lugar a dudas, el comienzo de una nueva ilusión, esa que nos llevará, dentro de 4 años, a Brasil 2014.
¡Gracias Diego!
¡Gracias D10s por tantas alegrías!
Pablo Santiago
Papelmundo Contenidos
Fotos: Reuters
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