PREMIOS CLARIN 2009: Jesús Hidalgo fue elegido como Revelación del Tango

La ceremonia se desarrolló en el Luna Park, y contó con una gran cantidad de artistas que aplaudieron el logro del bragadense.

Guapo y varón,
y entre la gente de avería,
patrón,
por tu coraje y sangre fría...
Impone obediencia
tu sola presencia,
en toda ocasión...

Había empezado la velada y los premios comenzaron a brotar de las manos de quienes eran los encargados de entregarlos, para pasar a ocupar los brazos de sus verdaderos dueños, aquellos artistas que se han destacado a lo largo de todo 2009, según el jurado encargado de dirimirlo.

Los premios Clarín al espectáculo se han ubicado, en sus 12 años de vida, en un lugar importante para quienes están vinculados al mundo de la cultura, por eso la atención estaba puesta allí. En especial para los bragadenses.

La duodécima entrega tenía entre sus figuras a un hijo pródigo de la ciudad, a un cantor que ya desde purrete deleitaba a las muchachas con su voz y una inconfundible interpretación, aprendida desde el folklore y puesta en función del tango hoy en día.

No era fácil la parada. La terna estaba compuesta por dos grandes intérpretes, como Karina Beorlegui y Hernán Lucero, que desde hace varios años vienen desandando caminos de arrabal, pateando escenarios, igual que Jesús.

Podría decirse y sin temor a equivocarse que tres pesos pesados, recién descubiertos por la crítica de masas, pero con mucha historia sobre los hombros, disputaban el galardón de “Revelación del Tango”.

Y quedó en casa

O mejor dicho… al fin lo traerán a nuestra casa, esta casa grande a la que llamamos Bragado y que ve por vez primera cómo Jesús Hidalgo se hace acreedor de una mención de la “prensa grande capitalina”, pese a que para los escenarios porteños no es ningún desconocido.

Y a todos nos embargó la emoción. Todos, y creo que ustedes también, dimos un grito al aire, haciendo ecos de hurras en el firmamento, ese mismo firmamento que un potro bragado mirara antes de arrojarse a las aguas de La Barrancosa, y que parece permanecer en el espíritu de los jóvenes que, como Jesús, no dan el brazo a torcer hasta poder conseguir lo que anhelan.

Pero esto no quiere decir que hasta aquí ha llegado el cantor. En absoluto es esa la apreciación, sino todo lo contrario. Desde aquí vuelve a partir, retomando fuerzas, sabiéndose reconocido por pares, por la prensa, por quienes en esta entrega lo han descubierto, y por aquellos que están siempre ahí, acompañando sus pasos, como un quejido de bandoneón esperando por su voz.

Desde aquí vuelve a partir Jesús Hidalgo, un artista completo, carismático y con una importantísima dosis de humildad, que responde hasta tímidamente las felicitaciones telefónicas, como intentando entender todavía el lugar que ocupa y que ocupará a partir de ahora en el circuito que lo cobija, el del tango, ese que escogió hace años y que tan bien le sienta. Ese, que lo ve brillar cada vez que se coloca la pilcha de cantor para encantar a su público.

Pablo Santiago

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